Un niño puede haber aprendido mucho sobre un tema
determinado y no plasmarlo en un examen, ya sea por las preguntas planteadas,
por el tiempo o incluso por tener un mal día. Al mismo tiempo, en muchas
ocasiones los alumnos no saben realizar esas pruebas ¿tenemos que enseñar a los niños a hacer
exámenes? Pero debemos considerar que si centras tu atención en preparar a los
niños para un examen, no la centras en que realmente aprendan.
A lo largo de la educación,
parece que se prepara constantemente a los niños para un examen final. Ahora,
con las reválidas, se pretende hacer estas pruebas pero en periodos más cortos.
En estas lo que se valora son los contenidos conceptuales. Por tanto, no se
tiene en cuenta ni el proceso ni las actitudes que, en mi opinión, es lo que se
debería valorar.
Por tanto, debemos considerar que un examen puede ser una
herramienta más de evaluación, pero no debemos utilizarla como única
herramienta para la consecución de los objetivos planteados. Debemos centrarnos
en que los alumnos aprendan y la mejor forma para ello es la práctica.
Firmado: María Pizana Iniesta
No hay comentarios:
Publicar un comentario