lunes, 3 de febrero de 2014

Práctica BLIJ "La formación lectora en la etapa escolar escrito por Antonio Mendoza Fillola."

Actualmente tratamos con una visión de la lectura que cambia el rol tradicional del lector  pasivo y lo transforma mediante la estructura del texto. Antes los métodos de enseñanza de la lectura no contemplaban este tipo de construcción del conocimiento.

El enfoque anterior se centra en los procesos mediante actividades de descodificación y descubrir los objetivos del texto para comprender lo. El lector, sin embargo, realiza una labor interactiva de construcción de significados, de este modo, la educación para la lectura se convierte en un complejo proceso cuya finalidad es que el lector se implique y dialogue con el texto.

Quizás el error que el autor plantea que teníamos es hacer de la lectura un método de aislar al alumno. El autor marca entonces la necesidad de un cambio de lectura, pasar de una lectura de gran carga de páginas a una más concentrada en los conocimiento que queremos transmitir.

Para Mendoza, la lectura de un texto avanza entre certezas y errores, estas se corroboran o no a través de la lectura que nos lleva a la fase de comprensión, en la que los datos ya han sido contrastados y podemos realizar inferencias coherentes.

Otros puntos clave, es los conocimientos del lector y su relación con el texto debido a que influye en la eficacia de la lectura. En cuanto a la tensión lectora, hace referencia a las futuras pregunta que pueda plantearse el lector y como estas pueden despertar futuras interacciones.

El artículo esquematiza las diferentes fases del proceso lector y las describe pero creo que ese no es el objeto de este resumen, ya que, para ese desarrollo concreto es mejor leer el artículo directamente.


La finalidad del proceso lector es una atribución de una interpretación personal del lector, para lograr así sus objetivos mediante el uso del texto que mejor le interese.

"Las nubes" de Azorín

El jueves 10 de octubre en el pequeño taller de literatura durante la clase de lengua, nuestro maestro recito unos versos de Azorín sobre su artículo "Las nubes".

En este fragmento, el maestro Azorín (reconocido por la visión especial sobre las cosas dada, según él, por la luz de su tierra) nos plasma en papel una historia de amor entre dos jóvenes: Calisto y Melibea y de la cual nace su primogénita Alisa.

A través de una mirada crítica, podemos observar, desde los primeros versos, cómo esta obra no es más que una segunda visión (o una revisión) del clásico de "La Celestina", a la que el autor dota de un final alternativo para sus protagonistas.

Como factores importantes del texto podemos recalcar, por un lado, las descripciones exhaustivas típicas del estilo de Azorín, sobre todo en cuanto a los colores y a los paisajes se refieren. Por otro lado, él realiza una metáfora con las vidas de los personajes dándonos a entender que ésta no es más que un juego en el que los papeles se repiten, independientemente de la época o lugar en el cual nos encontremos.


Para concluir, me gustaría resaltar la visión del autor sobre figuras secundarias de las obras que, desde un segundo plano, verían su pasado plasmado en la vida de los jóvenes, quienes podrían verse reflejados actualmente en cualquier calle de nuestra ciudad.

jueves, 24 de octubre de 2013

Escribir, ¿para qué?

A lo largo de nuestra educación, hemos practicado la actividad de la escritura, pero en muy pocas ocasiones con una finalidad comunicativa. La mayor parte de lo que muchos profesores han llamado escribir, lo dedicábamos a transcribir en nuestro cuaderno lo que ponía en los libros de textos, en copiar enunciados de actividades sin sentidos o en escribir redacciones al profesor para contarle lo que habíamos hecho en nuestras vacaciones. Además, para comprobar que sabíamos escribir cartas o notas, nos hacían escribir algunas en el examen. Pero lo peor de todo es que nos las devolvían llenas de tachones y, encima, teníamos que copiar todas las palabras con faltas de ortografía unas cuantas veces. Por tanto, ¿qué sentido tiene todo esto? ¿Realmente se leían las redacciones o iban en busca de las faltas de ortografía? ¿Qué finalidad tiene esta escritura? ¿Qué sentido tiene escribir una carta en un examen?

Lo peor de todo es que, en la actualidad, se sigue haciendo lo mismo. Debemos cambiar y empezar a considerar la escritura como una actividad con finalidad comunicativa. Para ello, tenemos que enseñar a nuestros alumnos a escribir, a planificar el escrito, a reflexionar sobre lo que está haciendo y a revisar los textos antes de que el receptor lo lea. Deben tener en cuenta este elemento, pues cuando tiene una finalidad la escritura y un receptor, los alumnos empiezan a preocuparse por escribir bien y será a partir de entonces cuando desarrollen su conciencia ortográfica, pues serán conscientes de que el escrito lo va a leer un receptor, que deberá entenderlo. De hecho, cuando el receptor es distinto al profesor, los alumnos se preocupan más por su escritura.

Por tanto, cada vez que mandemos a escribir a los alumnos, que sea con una finalidad comunicativa, que sean conscientes, en todo momento, de lo que están escribiendo, para quién y para qué. No hacerles creer que la escritura es un castigo, sino un medio de expresión, de comunicación. Por ello, no debemos permitir que nuestros alumnos pasen los años sin saber realmente escribir, como nos ha pasado a muchos. Pero, a su vez, debemos ser conscientes de que es un proceso difícil y que se debe consolidar con perseverancia. 

Firmado: María Pizana Iniesta

miércoles, 23 de octubre de 2013

¿Evaluación oral en castellano? ¿Es necesaria?

Anteriormente ya publiqué una entrada, concretamente el día 10 de octubre, donde hice una pequeña reflexión acerca de la importancia que tiene evaluar el lenguaje oral. A partir de ahí, en clase surgió un tema que me hizo reflexionar y quiero compartirlo: ¿por qué en valenciano o en lenguas extranjeras se realizan pruebas orales y en castellano no? ¿Es que acaso pensamos que nuestros alumnos tienen un nivel muy adecuado porque lo utilizan desde que empezaron a hablar?

La respuesta, desde mi breve experiencia con niños y compañeros de facultad, es que también es necesario y efectivo realizar pruebas orales espontáneas (en las que los alumnos no se sientan presionados como en un examen), que valoren el nivel de desarrollo del lenguaje en castellano de cada individuo. Somos usuarios diarios del castellano, pero aún así no somos tan competentes como pensamos. Nos relajamos al hablar porque pensamos que lo dominamos, y ahí es cuando más adquirimos ciertos errores lingüísticos extendidos entre la población, y que asimilamos de manera tan profunda que son difíciles de corregir. Además, igual que muchos de nosotros somos valencianoparlantes y aún así nos examinan de manera oral, ¿por qué en castellano no? ¿Qué opináis?




Firmado: Irene Esclapez Sempere

martes, 22 de octubre de 2013

¿Cómo debemos concebir la ortografía?

Estas semanas que hemos estado exponiendo en clase, en muchas ocasiones, ha surgido la discusión sobre ¿cómo trabajar la ortografía con los alumnos? La mayoría de nosotros tenemos asimilado un modelo tradicional; basado en la memorización de normas ortográficas y en la repetición de ejercicios de completar con determinadas grafías. Seguimos defendiendo este modelo debido a nuestros preconceptos, ya que durante nuestro periodo de formación nos enseñaron de esta manera, y ahora tendemos a reproducirlo directamente. Deberíamos pararnos a reflexionar si esta enseñanza es la más efectiva. Para ello, nada más sencillo que preguntarnos: ¿De cuántas normas ortográficas me acuerdo? ¿Cuándo escribo pienso en ellas? Inmediatamente, nuestra respuesta será la solución: no podemos seguir con este modelo de enseñanza, tenemos que empezar a cambiar.

Para empezar, debemos mentalizarnos que el aprendizaje de la ortografía se ve insertado de manera implícita en la composición de textos, es decir, no se trabaja de manera aislada si no aplicada a una situación comunicativa concreta. Por tanto, los alumnos tomarán conciencia de que un uso adecuado de la ortografía permite que el mensaje que quieren comunicar sea correcto y entendible por el receptor. Por este motivo, mostrarán interés por escribir bien y adquirirán el hábito de autocorrección a partir de la planificación, la reflexión y la revisión de los textos. Asimismo, serán conscientes de la posibilidad de error y buscarán una manera de corregirlo, preguntando, buscando información en diccionarios, etc. Por tanto, desde este planteamiento no se pretende que corrijan los errores y los memoricen, si no que sepan por qué lo han escrito mal y trabajar a partir de ello.

A continuación, indico algunas propuestas que los docentes pueden aplicar para el desarrollo de la conciencia ortográfica. 
  • Planteamiento de situaciones reales de escritura, como la redacción de cartas, emails, diarios escolares, notas informativas, etc.  
  • Creación de espacios de discusión en grupo sobre los problemas ortográficos y la reflexión a partir de las revisiones de textos.
Finalmente, me gustaría animar a que todos nosotros cambiásemos nuestra concepción de la enseñanza de la ortografía descontextualizada, mecánica y automatizable, e intentásemos que nuestros alumnos reflexionasen y tomasen conciencia de su escritura. De esta manera, estaremos formando personas críticas y conscientes de sus aprendizajes.


Firmado: Irene Esclapez Sempere 

viernes, 18 de octubre de 2013

Preparar a los niños para un examen, ¿qué sentido tiene?

 Todos, alguna vez, nos hemos esforzado mucho para estudiar para un examen. Te planteas lo que tienes que aprender, te mentalizas para memorizar una serie de conceptos que, en muchas ocasiones, ni entendemos, lo memorizas, llegas al examen, escribes todo y, al poco tiempo, olvidas la mayoría de conceptos que habías memorizado, no aprendido. Pero peor han sido los exámenes orales, en los cuales te ponías nervioso, se te bloqueaban los conocimientos y parecía no haber aprendido nada. Por tanto, ¿Qué se aprende? ¿Qué se valora? ¿Qué sentido tiene memorizar? ¿Qué importancia deben tener los exámenes?

Un niño puede haber aprendido mucho sobre un tema determinado y no plasmarlo en un examen, ya sea por las preguntas planteadas, por el tiempo o incluso por tener un mal día. Al mismo tiempo, en muchas ocasiones los alumnos no saben realizar esas pruebas  ¿tenemos que enseñar a los niños a hacer exámenes? Pero debemos considerar que si centras tu atención en preparar a los niños para un examen, no la centras en que realmente aprendan. 

A lo largo de la educación, parece que se prepara constantemente a los niños para un examen final. Ahora, con las reválidas, se pretende hacer estas pruebas pero en periodos más cortos. En estas lo que se valora son los contenidos conceptuales. Por tanto, no se tiene en cuenta ni el proceso ni las actitudes que, en mi opinión, es lo que se debería valorar.

Por tanto, debemos considerar que un examen puede ser una herramienta más de evaluación, pero no debemos utilizarla como única herramienta para la consecución de los objetivos planteados. Debemos centrarnos en que los alumnos aprendan y la mejor forma para ello es la práctica.

Firmado: María Pizana Iniesta

Práctica BLIJ: "La animación a la lectura desde edades tempranas" de Pedro César Cerrillo Torremocha

En el artículo "La animación a la lectura desde edades tempranas", Pedro Cerrillo hace balance de cómo son los hábitos lectores en la actualidad y, también, de qué podemos hacer para seguir fomentando esos hábitos, sobre todo, en los niños más pequeños. Bajo de estas líneas, incorporo mi resumen de este artículo.

En nuestra sociedad, la lectura no es un ejercicio normalizado, porque no es entendida ni aceptada como un derecho ciudadano de primera necesidad y porque no ocupa un lugar mínimamente importante en el tiempo de ocio de los españoles. Sin embargo, España es el quinto país del mundo en producción editorial. Somos una gran potencia editorial, pero todavía no lectora.

Aunque nunca se ha leído tanto como ahora ni nunca han existido tantos lectores, leer no está de moda. Además, mucha de la lectura que se practica, actualmente, es instrumental; se lee más como fuente de información que como fuente de conocimiento. En cambio, parece que nadie discute, hoy en día, la necesidad de extender el hábito lector a la mayor cantidad de personas posible.

Tipos de lectura y lectura escolar

Hay muchos tipos de lectura, muchos de ellos instrumentales, pero, la verdadera lectura es la voluntaria, la que no tienen ninguna finalidad más allá de ella misma. La lectura obligatorias, son las lecturas escolares. Hay que aceptarlas y realizarlas, teniendo en cuenta que, son lectura que exigen esfuerzo, disciplina, tiempo y dedicación. 

Asimismo, debemos saber que nos podemos encontrar con dos problemas: 
  • La necesaria convivencia de la lectura obligatoria y la lectura voluntaria.
  • La selección de esas lecturas obligatorias, de modo que se pueda producir una relación de empatía entre el lector y el libro obligado.

El hábito de la lectura voluntaria suele adquirirse en casa, no en la escuela, siendo una consecuencia de la voluntad de leer, que se ha podido reforzar con la práctica de la lectura en la familia. Lo más eficaz para que un niño lea es, probablemente, que vea leer. Tras la familia, estaría la escuela y, en relación con las dos anteriores, la biblioteca.

El mundo de la animación a la lectura

En los últimos veinticinco o treinta años han sido frecuentes las actividades de animación a la lectura, entendida esta más como un juego/estrategia/técnica para leer un libro concreto que una actividad organizada para el fomento general de la lectura. La animación a la lectura necesita, en la actualidad, una reflexión profunda sobre la Lectura.

Objetivos y ámbitos de la animación a la lectura

  • El objetivo único de la animación a la lectura debiera ser la mejora de los hábitos lectores de los individuos a quienes se dirige la animación, hasta lograr crear en ellos hábitos lectores estables. 
  • Los ámbitos de la animación son de dos tipos: formales (la escuela y la biblioteca) y no formales (la familia, los medios de comunicación, los clubes de lectura, las tertulias literarias o las librerías).
Estrategias y técnicas de la animación a la lectura

Entendemos como tales las actividades que programaremos y los mecanismos que pondremos en funcionamiento para "animar a leer" en diversos contextos, con fines concretos, y que no tienen por qué ser siempre los mismos:
  • Para leer por leer.
  • Para superar obstáculos que la lectura conlleva.
  • Para leer un libro concreto.
  • Para leer varios libros de un tema concreto.
  • Para leer a un autor concreto.
La animación a la lectura requiere unas condiciones previas:
  1. Que la actividad sea libre, gratuita y continuada.
  2. Que los libros elegidos sean adecuados a la edad de sus destinatarios.
  3. Que esos tengan calidad literaria.
  4. Que sean textos completos
  5. Que la experiencia pueda ser comunicada a los demás.
Además, en cualquier estrategia o técnica que programemos el animador debe tener en cuenta:
  • Los destinatarios.
  • El libro que se proponga.
  • El carácter grupal o colectivo de la estrategia.
  • Las actividades a realizar.
  • La existencia de un espacio para la lectura individual y silenciosa.
  • La periodicidad.
  • Los materiales que se vayan a emplear.
  • El componente no utilitario de la estrategia.

Elementos negativos en una animación

En ciertas animaciones aparecen condicionantes y elementos que entorpeces el desarrollo de las mismas y, que impiden, el logro de los objetivos que se proponen. Los más peligrosos son la obligatoriedad de la animación, que el libro elegido ya se haya usado con otro fin, que la animación conlleve premios o castigos, que el libro no conecte con los destinatarios, que la animación obligue a un trabajo posterior o que el texto elegido sea fragmentado y sin vida propia.

La mejora de los hábitos lectores de una población empieza con la formación de sus ciudadanos como lectores literarios ya en las primeras edad. Para que el camino recién iniciado en los nuevos lectores no se vea interrumpido es imprescindible que no les contemos historias aburridas, que no les impongamos las lectura, que no frenemos sus motivaciones lectores y que no les coartemos su capacidad para creer en cosas increíbles. Pero, en ese camino, es necesaria la buena convivencia de las lecturas escolares y de las lecturas voluntarias. La suma de las experiencias de ambas lecturas ayudará a la formación del espíritu crítico del nuevo lector.